martes, 21 de agosto de 2007

PUNTO BMP Nº8

I. Poemas de Osvaldo Picardo
Osvaldo Picardo nació en la ciudad de Mar del Plata, en 1955. Dirige la revista cultural La Pecera. Sus libros son: Apenas en el mundo (1988); Poemas con tu altura (1989); Letras en una esfera armilar (1991); Dejar sin ventanas la verdad (1993), Quis quid ubi: Poemas de Quintiliano (1996 y 1998) y Una complicidad que sobrevive (2001). Los siguientes poemas pertenecen a la plaquette “Mar del Plata” (2005).

Las ciudades son absurdas
hasta que alcanzan
la playa del hábito y del amor.
Imponen un tiempo
y una mirada
que no eran tuyas.
He leído que algo parecido
sucede con unos peces
de las profundidades:
Se hunden en la noche del agua
sintiendo la cercanía
de la hembra desconocida.
Y bajo sixtinas de coral
encuentran y descubren
el corazón del instinto.
Basta eso para aplastarse
contra la piel de una vecina
y así, desaparecer día tras día,
hasta que, en la unidad deforme,
pierden los propios ojos
y hasta el primitivo cerebro.
El amor que miente su razón
con tanta entrega, nos abandona
a una práctica insípida:
saludarnos diariamente,
hablar de las mismas cosas
y aplastarnos …


A principios del siglo XX, mi abuelo
fue albañil y fue socialista. Algo
de su pasado me queda
en una foto perdida y en un cuadro:
Episodio de la fiebre amarilla.
Ahí, un recinto en sombras contrasta
con el sol que viene de la calle
y de la época. Recorta tras la puerta el gesto
de dos médicos famosos. Y de una mujer
que está muerta,
con una criatura llorando al pecho.
Es un día de marzo de 1871
y ella aún se llama Ana Bristiani.
La misma fiebre se llevó al padre de mi abuelo.
Pero el miedo y la pobreza los trajo
a la desembocadura de Las Chacras, donde
la publicidad de entonces imaginó
todo como la espuma, puro y saludable.
En esto creyeron una madre y un hijo,
solos en la estación de trenes.
Mi abuelo aparece en esa foto
(que ahora se me ha perdido) de la mano
de una mujer que no sonríe.
Tiene aquel niño sus ojos entramados
en el invisible fotógrafo.
Otra puerta
menos pesada se cierra, y apenas
si hay árboles que sujeten el viento del sudeste:
el que desparrama y mezcla origen y enfermedad.
El albañil y el socialista
harán su casa sobre el arroyo, sobre
lo que fuera inundación y barrio pobre.
Rosa se llamará su amor. Y tres
será la cifra impar de sus hijos.
¿Qué otras imágenes unen lo que no existe
a lo que existe, y así en lo sucesivo?
¿Cómo algo tan fuerte lo desata un día
un simple, absurdo manotazo de viento ?


Hay un cuadro de Hopper
que me recuerda caprichosamente
la ciudad en que nací.
Ventanas en la noche.
En primer plano,
por efecto de la luz y la sombra,
una cadera de mujer y un codo
indican un brusco movimiento
que una de las ventanas recorta.
Es una historia que no necesita
principio ni fin.
La ciudad insiste en aparecer
en la tela del pintor.
También, para mí,
he creado mi propia tela.
No existió antes ni después.
El inmigrante y el desterrado
me entienden.
El turista
nunca ha llegado a estas playas.


II. Poemas de Sergio Ríos.
Sergio Ríos nació en Toluca, México, en 1981. Estudió Letras Latinoamericanas en la UAEM. Sus libros son: Piedrapzarnik (Centro Toluqueño de escritores, 2004) y De cetrería (bonobos, 2004)

NON VOLUNTARIS

Yo era estúpido porque no sabía que sólo
la poesía estúpida es en verdad atrayente y fascinadora

Arturo Carrera


Habremos de corregir
la osamenta del perro
la extremaunción
del amor aturdido
casi el pasito nupcial
en la suficiencia
de una caricia
no en monótono
repliegue
el aislamiento cándido
la onomatopeya volátil
por el hocico abierto
no se llama pereza
aunque
el músculo de la fatiga
bebe una familia
de quince cucarachas
en mestizo aguardiente
los bálsamos de San Gaspar
bebemos también
en la torpeza vertebral
alicaídos
no era una canción de los sesenta
su hermano asaltó
a cuatro turistas
cuando salían del banco
y luego hubo heroína
y noches en el desierto
que gritaba
que dios es un puerco
que dios no es un venado
que dios tiene un collar de jazmines
y un rostro terciopelo
pero es un cerdito
con la cola espiral
por todos conocida
de Tecate
era él
y cruzaba a San Diego
porque parecía gringo
aparezco en la cárcel
con mi hermano pequeño
esa misma noche
el rompe algunos parabrisas
yo arranco los teléfonos
sangra su mano derecha
mordida por estalactitas
sólo quería llamarte
arrancar desa costilla pública
tu huída
descifrar los telones
que ya han caído
estamos sordos
entre los cencerros
de aquella provincia
el calor mece
el soplo rudimentario
de las estrellas
tuerce el histrionismo
tuerce la ebriedad
ahí
como el feto
de un murciélago
en oscuras ceremonias
la nariz
no desconoce el nervio
de una luna baja
justo ahí
llueven los tábanos
salpican las tijerillas
escupen los alacranes
su ignorancia gradual
y no hay otro veneno
lejos de tus manos
no hay nueve meses
famélicos
no hay hecatombe simple
pero nos despedimos
el rencor sonámbulo
también
quiero el pelo blanco
de aquel personaje
en el laberinto de París
ella lee cada estertor
la bilis
como un guante
de bruja
claroscuro
la duquesa colibrí
junto al sauce
el deseo predador
o lavar los sesos
con un gesto siamés
comience el trote
metafísico
el corazoncito lánguido
la querella de novelón alpino
de amantes disecados
improvisara
la nieve egoísta
diminutivos
negaciones pasajeras
enferma
como un hada
que cuelga arrogante
de mi abrigo inglés
sucede el despertar intonso
de los cuerpos sometidos
al sueño
está llorando en mi cama
un metal narcótico
un metal pausado
la legra
se internó en tu vientre
como un cardo
que cocinara
el temor materno
llora toda la noche
no entiende la orfandad
no le contaré de la cárcel
apuntes de lobotomía
en la cabeza
me confunden con un militar
proscrito
ríen de nosotros
tres policías
estoy descalzo
y camino sobre el excremento
desborda un vómito azul
nuestros lechos de piedra
que cagamos
que aullamos
que insultamos
la Verdad en esa celda
nos repiten
nos repiten
cuando nos condenan
rayo una profecía absurda
en la pared íntima
de la celda
rayo con vómito azul
esa orfandad
y hablo el idioma
de los simios.

(Poema inédito)

Yo, el Deshollinador Absurdo de esta fiebre, te advierto del fuego y su filo inconstante, de su caligrafía en el umbral como síntesis lacerada del día, de su latido magro que guarda como herrumbre, de cuando se apea y su quemadura adhiere filamentos de lluvia descompuesta y sucede y se dispersa a otra hoguera, a otro fardo se sombras. Desconfia, de ese reposo que no clausuran los círculos de viento, que no amaga el atardecer disimulado; porque este fuego es el barandal donde la noche pesa sus ríos, es el fuego imperativo que amordaza los ojos. Y si padeces la usura de enmudecer, Viajera con el Vaso Vacío, hay una orilla invertebrada, una ranura de azogue que desboca el alba en las migraciones que secretamente nos llevan.

(de Piedrapizarnik)

ALMOHADA FÚNEBRE
(UNA RENUNCIA)

No me tentará el torpor de los cuerpos que contienes, el vuelo disecado en tus entrañas ahora raudo migajón, ahora vientre. Ninguna piedad para la jaula decapitada al viento, al ovillo de los acantilados muda. No me tentará, atalaya de orejas todo el mato del sueño, ni escucharé cada gesto del día escaso, ni me vendaré con luz cerrada. No me tentarán las migraciones de tu hábito, aunque la noche me embiste horizontal, ineluctable. Guárdame con tu enjambre blando, orilla de viejas alas, nido lento, peine fiel, peinando los andamios de lo que he soñado.

(de De cetrería)

lunes, 23 de abril de 2007

PUNTO BMP Nº 7 (Edición especial: canciones)


No nos olvidamos que éste es un blog de poesía, ni intentamos asimilar necesariamente poema y canción; simplemente – y sin mucho autocuestionamiento – nos permitimos postear en este número algunas letras de canciones. Existen, sí, contactos. En nuestra selección, los Mataplantas – como ellos nos señalan en un intercambio de e-mail – usan citas de Baudelaire y Rimbaud para componer sus canciones; Francisco Bochatón, por su parte, tiene editado su propio libro de poemas.
Agradecemos enormemente a Mataplantas y a Francisco Bochatón por autorizarnos a publicar sus letras.

FRANCISCO BOCHATÓN nació en La Plata. Con Peligrosos Gorriones editó: Peligrosos Gorriones (1993), Fuga (1995) y Antiflash (1997). Sus discos solistas son: Cazuela (1999), Píntame los labios (EP, 2000), Mundo de Acción (EP, 2002) Hasta Decir Palabra (2002). La Tranquilidad Después de la Paliza (2005) es su último disco.

Feliz cumpleaños

Ven, amamántame con tu pecho solitario / quiero estar seguro / vuelcan autos sobre el lago / caramelo soy sobre tu altar rosado / clan de ritmos rotos / crío cerdos que como / en el reducto de los corsarios compré un poco de pan / ellos se creen / que son geniales y yo no sé quién soy / expectante entre ambos se desempeña el número cinco / ese rancio sol que corre entre los tejidos / un columpio de mandarinas va a la velocidad / de la derrota de los carteros castrando un semental / ya que el ángulo visual es limitado / voy a pedirte que me tires un centavo / garrapata de amor come, muerde sobre ambos / gata gula de gol gimiendo eternos / ven, amamántame con tu pecho solitario / quiero estar seguro / vuelcan autos sobre el lago / caramelo soy sobre tu altar rosado / clan de ritmos rotos / crío cerdos, como cachos / esta parte que te interesa está también en mí / el decorador del hielo crea un sapo vertebrado / yo mismo, el gran galán, en este muy feliz cumpleaños / feliz, feliz cumpleaños.

Maratón de torturas

Una maratón de torturas / un caparazón de tortuga / el velorio de un nacimiento / el dibujo en lápiz hambriento / se secan las hojas, te tragan los años / la tremenda fortuna, la distancia a la luna / oigo el trote de los sirvientes / platos finos, ollas calientes / una parra de aguas brillantes / entran balas a asesinarte / se secan las hojas, te tragan los años / la tremenda fortuna, la distancia a la luna / no te escucho / no te engaño, cuento meses, cuento años / cuando pasa el perro y la estrella / se hunden en el aljibe y se enriendan / la noche en la mitad del planeta / se hace un borde y se mastica, se besan / una maratón de torturas / un caparazón de tortuga / el velorio de un nacimiento / el dibujo en lápiz hambriento / se secan las hojas, te tragan los años / la tremenda fortuna, la distancia a la luna.

Luces

La casa está vacía de cosas tuyas y cosas mías / el cuerpo no me pertenece / es del paisaje, es de la gente / mi hijo es de un lugar enorme, y yo le miento / mi hijo es de un lugar enorme, y llora lento / acostumbrado a morir / las luces de un momento intentan cubrirlo todo, uniendo piezas / y el mapa es tan distinto / me da una idea que yo distingo / la llama aumenta y no detiene su tormento / en los cristales de otros tiempos está tu cuerpo / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir / a un costado del cuadro está tu flecha, rota y desecha / esfuerzo por ser alguien que no coincide con tu belleza / la dirección no tiene apuro para ver dentro / con una enorme red de mundos que veo lejos / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir / acostumbrado a morir.

Los MATAPLANTAS son: Pablo De Caro (voz, guitarras), Pablo Malaurie (guitarra, voz), Maximiliano García (bajo y coros) y Nazareno Gil (batería y percusión). Sus discos: El Sueño del Hombre Pulpo (2005) y Hickie (2006).

Infinito

Son las arañas en mi cara / son miles de insectos / que van recorriendo por todo mi cuerpo, mi espalda / se van dividiendo las partes / las va retorciendo, la encarada /y que empieza a comer de mí / y no me deja nada / / Son los diamantes en mi almohada / son ríos de niebla / que van recorriendo por todo mi cuarto, mi cama / mi amante, la encarada / prefiere dejarme así / por siempre / por siempre / por siempre, mañana. / / Un nuevo motivo / me obliga a llegar casi muerto / a la cuidad de los niños perdidos / si el dios radioactivo es mío / prefiere dejarme así / por siempre / por siempre / por siempre, dormido. / /Soy las arañas en mi cara / son miles de insectos / que van recorriendo por todo mi cuerpo, mi espalda / se van dividiendo las partes / las va retorciendo, la encarada na na na na / hoy, encuentro un camino / no es lo mismo que estar /enteramente perdido, el anillo que te fui a buscar // Hoy me voy / me siguen los ciegos / me buscan los muertos / me llevan los vientos / me mata el encierro / me voy.

El día de los muertos

Llegó a la casa de la que escribió / entró en los cines por primera vez / si la ventana que la construyó / la tengo acá, la tengo acá / si no decide donde quiero estar / no puedo ver / / Mató la oveja por novena vez / le pide ayuda desde la humedad / si la cuchilla que me regaló / la tengo acá, la tengo acá / si corta el aire donde respirás / qué vas a hacer, qué vas a / temo a los muertos que no están conmigo / Oh, ooooh, oh / la puedo usar / la puedo usar / la puedo usar.

martes, 13 de marzo de 2007

PUNTO BMP Nº6

I. Publicados:
Víctor Uribe nació en San Martín de los Andes en 1975 y reside en Mar del Plata desde 1983. Sus libros son: 1 mt x 1 mt (Ediciones Suárez, 1999), Hijo en m2 (Estanislao Balder, Colección Semipiso, 2000) y alguaciles (Estanislao Balder, 2004). Los siguientes poemas pertenecen a alguaciles.

FÓSFOROS

Después de la TORMENTA fui a dar un paseo.
EL CIELO estaba cubierto de NUBES oscuras
que se movían a gran VELOCIDAD.
Ya no había VIENTO y el VERANO había terminado.
Pronto las HOJAS de todos los ÁRBOLES caerían.
Pero YO caminaba.
Ahora que recuerdo ese momento pienso
que podría haber ANDADO
y andado
hasta dar LA VUELTA AL MUNDO.
Pero yo no podía dar LA VUELTA
al MUNDO
sin cigarrillos.
Y los busqué. Y no los tenía.
Me los había olvidado justo al lado del TELÉFONO.
Durante un segundo pensé en VOLVER: aún no estaba
tan LEJOS.
Pero no lo hice y SEGUÍ.
Frente a la ESTACIÓN DE TRENES
encontré un kiosco abierto: compré
un atado de CAMEL, una CAJITA DE FÓSFOROS
y crucé la CALLE.
La ESTACIÓN DE TRENES me pareció el mejor lugar
que podía encontrar en toda la CIUDAD.
Aún sigo pensando lo mismo.
Los BANCOS son incómodos y el PAISAJE
jamás varía; pero eso está bien para mí: YO
NO voy a ver TELEVISIÓN allí.
No lo había hecho aquel día,
ni los que siguieron.
Es curioso pensar en las COSAS que uno hace
en ciertos momentos de su VIDA: aquel día
yo estaba sentado en un buen BANCO, tenía
una buena VISTA, un PERRO bebía pausadamente
del gran CHARCO que se había formado a mi lado
y estaba a punto de encender un CIGARRILLO.
Fue entonces cuando los vi: DOS pequeños
FÓSFOROS DE MADERA
unidos por la CABEZA
estaban aprisionados entre mi ÍNDICE
y mi pulgar.
Por alguna razón no pude encender
mi CIGARRILLO con ellos.
Repito: es curioso pensar en las COSAS
que UNO hace
en ciertos momentos de su VIDA.
Los dejé a un lado y hurgué en la CAJITA
hasta que por fin pude sacar OTRO fósforo.
Luego prendí el CIGARRILLO, di dos pitadas
y mientras expulsaba el HUMO
los volví a tomar entre mis dedos.
Los comparé con el que había hecho ARDER.
Los enfrenté y no me atreví
a separarlos: se veían MUY bien JUNTOS,
tal vez un poco TORCIDOS y FRÁGILES,
pero FIRMES: el hecho de compartir
la misma CABEZA
les otorgaba un extraño EQUILIBRIO.
Entonces lo hice: los puse en forma VERTICAL
en uno de los extremos de la CAJITA
y caminé hasta el gran CHARCO
donde había estado bebiendo el perro
y como si fuera un BARCO DE PAPEL
dejé la CAJITA DE FÓSFOROS sobre la superficie
del AGUA. Y la empujé.
Y la vi avanzar entre MINÚSCULAS olas
que la chocaban y la hacían zozobrar.
Pero NADA parecía dañarla. Y avanzaba
BELLA y tenazmente
AVANZABA.
Recuerdo que miré el RELOJ y no supe decidir
si era TARDE o si aún era TEMPRANO.
Eran las dos cosas.
Me quedé contemplando un momento más
mi pequeña EMBARCACIÓN, a los FÓSFOROS
y luego con la punta del CIGARRILLO
los hice ARDER.
NO me quedé a ver el FINAL; de todos modos
NO había muchas ALTERNATIVAS.
Arriba en el CIELO las nubes
estaban aún MÁS oscuras.
La ESTACIÓN tenía el aspecto de un PUEBLO
FANTASMA: las VÍAS estaban desiertas
y las SEÑALES levantadas.
NADA de cuanto había en ella daba la idea
de que alguna vez allí llegara un TREN.
Mucho menos de que ALLÍ saliera.
Caminé por los RIELES, encendí otro CIGARRILLO
y sentí ALGO que nunca antes había sentido.
Era domingo y ATARDECÍA.


EL ABC DE LA NATACIÓN

Mantenerse flotando sobre el AGUA e ir por ella
sin tocar el FONDO: eso es NADAR.
Suena bastante sencillo y hasta estúpido;
pero ésa es toda la CIENCIA que una persona necesita
para meterse a disfrutar en esta PILETA.
Todo lo demás, todos esos horrendos TRAJES de baño
y ANTIPARRAS y GORRITOS flúo y bolsos ADIDAS
repletos de “cosas apropiadas para la NATACIÓN”
son prescindibles: simples CONSEJITOS
de la gran “mami” que todos llevamos dentro:
“que nadie te vea pobremente equipado, NENE”
“que nadie piense que sos una improvisada, NENA”.
Puras mamerías: - el balde.
Yo lo sé. Yo puedo hablar.
Hace más de veinte años que limpio los BAÑOS
en este NATATORIO y lo he visto todo:
los que se METEN por la parte más baja
y van avanzando poco a poco;
los que directamente llegan y se lanzan
como TORPEDOS DE SUBMARINO y lo único
que les importa es la VELOCIDAD; los que necesitan
de un INSTRUCTOR que los sujete y los cruce
de un extremo a otro y los que NUNCA se atreverán
a meterse (y lo saben) y sin embargo regresan
una y otra vez: - los jabones.
Estos últimos me parten el CORAZÓN y de buena gana
les metería una PATADA EN EL CULO
para que cayeran al AGUA y empezaran a NADAR.
Pero ése no es mi trabajo.
Mi trabajo es limpiar BAÑOS y punto: UNOS ensucian
y OTROS limpian; UNOS se meten al agua
y OTROS no.
Así están divididas las COSAS; así estaban cuando
llegué y así seguirán después
de que me haya ido: - el secador.
A veces me los quedo viendo y es un verdadero
ZOOLÓGICO de estilos: el PERRITO,
el MARIPOSA, el HIPOPÓTAMO…
Todos tienen un modo particular de HACERLO.
Un modo que los diferencia del resto;
Pero hay una COSA en la que todos
coinciden: el MIEDO.
Los NADADORES sufren por el agua. Temen
que llegue el día en que las calderas NO funcionen;
temen que el agua deje de venir y que la PILETA
se transforme en un sucio ESTANQUE.
Y lo PEOR: temen que se vaya.
Por supuesto, fingen. Todo el TIEMPO hablan
de las COSAS que suceden afuera; pero yo veo
cómo abren sus ojos al acercarse al BORDE
y cómo respiran aliviados al comprobar
que aún hay AGUA donde sumergirse
y NADAR.
Luego se olvidan, claro: tienen
EL AGUA HASTA EL CUELLO
y son FELICES y UNOS chapotean con todas
sus fuerzas y OTROS apenas se deslizan
tratando de mantener el agua en calma,
intentando que ni una sola GOTA
se salga fuera de la PILETA: - las toallas.
Yo siempre digo lo mismo: UNO puede ser
una CAJITA DE FÓSFOROS
o el mismísimo TITANIC.
Eso no es lo importante: los dos
van hacia el mismo lugar.
Lo verdaderamente importante, el ABC de la natación,
es lo que te dije al principio, pibe: mantenerse
sobre el AGUA e ir por ella sin tocar el FONDO
el mayor TIEMPO posible.
Eso es lo que yo pienso.
De todos modos, yo sólo soy un simple LIMPIA-
BAÑOS a punto de jubilarse y vos un simple
LIMPIA-BAÑOS a punto de ingresar: - el cloro.


II. Inéditos:
Gabriel Pugliese nació el 13 de septiembre de 1977. Publicó Bucito Beat.

Qué extraño se parecía mucho
a una película muda
mis ojos como una aguja en cada tecla
era un pianista desbocado
y gritaba
te robaba de la tela
la gente enfurecida
yo te anclaba entre mis dedos sobrios
sin naufragios y te decía
no más ruidos no más ruidos
y te daba risa el camino
de una palma a la otra el salto
alto y sutilísimo
vos eras tus cosquillas
la risa de tus labios celestes
eran manta y techo
yo te cosía a mi lengua
letra y música eso éramos
pronto venía una sed grandísima
y yo era océano
porque me querías y yo era océano
dos personajes
vos la chica que mira a los ojos
yo paseándome de tu hombro a tu oreja
hacía frío y te vi
y temblabas
voy a cuidarte
sé mi manta solamente
la corchea que me clavo para
salvar al mundo pequeño de tus tetas hermosas
así es mejor vos ahí
tan cerca como leños
tan ligera como lo atroz de caminar entre postes la gente
vos como una paloma que vuela allá
una insolencia
te prefiero
lunática con fiebre
tejida a mano ésta mi mano
que te guarda
y ya no duele.

Maipú, 22/02/04

No sé si loco pero
al segundo mate empezaste
a reírte sólo para mí está clarito
vos toda y tu pelo negro
yo pensé lo acaricio quizás
querés y más que eso
vaya a saber es tan tibio
la tarde sentada en la vereda vos y yo
anclados de instantes
pasan uno dos tres autos dejan humo
fijáte no hay tormenta
adentro
qué cálida sos cuando abrís la ventana
de la alegría
mirá la luna está chiquita
quién la mordió qué risa
lo bueno de la luna es que puedo mirarla con vos
ahora que te veo te toco y te espero mañana
vas a doblar la esquina
del que yo era
y no habrá rotos.

Maipú, 24/02/04

Vengo en un rato escuchá esta canción
así dice el papelito amarillo
tu letra sin urgencia
en un día sin urgencia
qué casualidad claro claro
tu texto ahí
en el libro de Calderón sin duda mal leído
como seguro nada había y qué
el tiempo y su arena pegajosa
tu cuerpo como una patria única
mi universo ilógico
la casa
chorreaba Silvio besos y panes te gustaba
yo cantándote Yesterday en la cocina
se nos volaba el techo
se te volaba la ropa mi lengua en tu lengua
hermosos caramelos
no la costumbre
no el tedio sino la hoja cayendo
vos y yo al pie del árbol
juguetones ebrios desbocados
en un cordón de la noche en una caminata en un gemido
gracias
por tu voz y la canción amada
ahora que en la radio dicen lo mismo
la lluvia llueve lo mismo
el sol sale lo mismo
y mi corazón late
casi igual.

Maipú, 02/03/04

jueves, 1 de marzo de 2007

PUNTO BMP Nº5

I. Publicados:

Luciana Caamaño nació en Mar del Plata, en 1984. Estudia Letras. Publicó cocorita (dársena3, 2006). Los siguientes poemas pertenecen al fanzine Tilinga on the rocks I, con ilustraciones de Agustina Nat y textos de Luciana Caamaño, editado en Mar del Plata, en Noviembre de 2006.

*
La medusa que está atravesando un episodio hipomaniaco se ha quebrado una piernita mientras colgaba un retrato de elvis en la pecera de cristal parisino. La telefonista entra a escena y pega un grito gigante, ha perdido el teléfono y todo se vuelve una gran catástrofe. Ya no hay lunes ni domingos, sólo aire. Las puntillas de las medias de la cortesana de turno son más que bonitas. Y yo aquí, en medio de la fiesta, vestida de enfermera. La musiquita es eterna y suena cada vez más fuerte. Ya no hay tardes ni mañanas, sólo viento.

*
Tilinga on the rocks organiza una lucha en el lodo. La ganadora deberá comer 8 kilos de lemon pie y recitar de memoria las noticias policiales de la última década. A todo esto el conserje del hotel pide silencio. Alguien que está tirado sobre el suelo, le arroja una palangana llena de ranas, que en realidad son conejos pintados de verde. Ya no hay horas ni minutos, sólo brisa. A menudo la gente no recuerda aquello que sueña. Pues a mí me ocurre que no recuerdo aquello que vivo.

*
Hace 9 días que no cierro los ojos. Habría que ir pensando en comprar nuevas tazas de té, una tetera y un par de tetas, de las mejores del mundo, para decorar la recámara de la reina de arabia, esa que tiene un nombre inmenso. La noche de hoy la voy a dedicar íntegramente a romper foquitos de luz, uno a uno, hasta llegar a los cien. Mientras tanto beberé café y leeré los anuncios calcificados.

*
En el sótano tengo una cala. Se llama antonia. Le gusta jugar al dominó. Por las noches armamos muñequitas de plastilina y bebemos vino añejo. En ocasiones antonia cocina comida china mientras escucha rock progresivo. El problema es que mi cala padece de insomnio. Por lo que me veo obligada a acompañarla noche a noche. Las mañanas suelen pasarse rápido, sin mayores complicaciones. Pero las tardes… de repente me encuentro en un colectivo; al abrir nuevamente los ojos estoy en medio de la lectura de una novela; luego aparezco sentada en un parque, más tarde me encuentro en una butaca, viendo un filme... es como si mi vida fuese objeto de un editor cuya censura quitara las partes en donde me subo al colectivo, escojo la novela, llego al parque, entro al cine.

*
Tilinga on the rocks se bate el pelo, se clava un rivotril, se disfraza de alf, se escanea la cara y sale cantando bajito para el bautismo de su sobrina gregoria.


II. Inéditos:

Lucía Couso nació en Capital Federal, en 1986. Actualmente estudia letras en la UNMdP. Forma parte del grupo de promoción de la lectura y la escritura pepas de dulce. Los siguientes poemas pertenecen al libro inédito Zoe.

martín

martín tiene el corazón
fosforescente.
todas las tardes la ve
y grita:

los monstruos existen
aunque digas que no.

facu, vero y melqui

facu se enamoró de las dos
facu les escribía poemas
con su letra.

para vero:

el cielo es palpable
con las manos al aire
y los pies desnudos.

facu se enamoró de las dos
facu les escribía poemas
con su letra.

para melqui:

los cisnes de papel saben
el secreto de las musarañas.


vero, o melqui.

los ojos que se pegan
de tanto maquillaje.
desde chica intenta
conquistarse a ella misma.

cochila

la chica del bar es linda
los chicos la miran,
comen medias lunas.

le combina todo:
la mochila
el pantalón
el suéter con
las botas; le combina
el pelo con el cinto
la cara con el novio
la dicción y la pepsi light.

martes, 6 de febrero de 2007

PUNTO BMP Nº4

I. Inéditos

Pablo Salido salió en Avellaneda (Bs. As.) en 1975 y actualmente reside en Maipú y en Mar del Plata. Estudia Letras en la UNMdP. Tiene dos libros inéditos, Persecuta y Planctus. Participó de la Antología breve de poetas breves (Estanislao Balder, 2005). Los siguientes poemas pertenecen a Planctus.

Mirones
Estuvimos mirándonos por un buen rato,
hasta que se puso las gafas negras
y creo que lo siguió haciendo.
A poca distancia, recostada sobre la arena y olvidándose del sol,
no se atrevió a preguntar,
pero exagerando intentaba descifrar el nombre del libro
que tenía entre mis manos.
Después su novio, un rubio exhibidor de esos cuerpos logrados en el gimnasio,
salió vigoroso de entre las olas
como un dios quitándose el mar de encima;
entonces vi la sonrisa que le preparó
-la misma sonrisa que vería en él-
como un lugar donde nada ha sucedido.
Más tarde, cuando se fue,
no se olvidó nada que pudiera ser devuelto.


Todos los viernes
La noche en Pirán había terminado temprano por una pelea en el boliche.
Cuando dejamos de mirar cómo chirriaban sus ruedas los que se iban solos
caminamos buscando un café donde pasar la noche,
pero como todo estaba cerrado y no conocíamos a nadie
volvimos a la ruta seguidos por un patrullero que odiábamos
a esperar a que alguien nos llevara.
Nuestras chicas se congelaban y tuve que prestarles la campera de corderoy marrón
que usé aquél invierno.
Con dos chicos de Las Armas que habían aparecido
tomamos lo último de licor de la petaquita que habíamos robado,
mientras comenzaba a clarear y seguíamos con frío y sin suerte.
En seguida, con alivio, cuando vimos el doble piso blanco y azul doblando la curva,
me saqué apurado un guante para buscar los $3,60 en el bolsillo.
Con Fran y Pelé sentados al lado mío para ir charlando
-las chicas viajarían durmiendo-
volvimos tomando café del micro que nos devolvió a Maipú a las 7.15.

II. Publicados


Nicolás Arias nació en 1984, en la Provincia de Buenos Aires. Vive en Bahía Blanca. Estudia letras en la UNS. Es miembro de la cooperativa editora El calamar. Los siguientes poemas son una selección de su primer libro Fake plastic love (El calamar, Bahía Blanca, 2006).

Tarde en el Puente Viejo (Oriente, invierno ´04)

El río
la tormenta desde el tajamar
una guitarra
con calcomanías
de las chicas súperpoderosas
el dinamarqués cebando mate
el pitufo
loco
por allá.

En algunos años
cuando haga el repaso
de mis días felices
no va a haber
cosas mucho más extraordinarias
que éstas.

Corvex

El hijo del zapatero
y los amigos
escuchan punk al mango
todo el día.
Toman cerveza
en la vereda
y eructan.

A una locomotora

Arrumbada en la estación,
cubierta de óxido y grafitis,
se rige entera por su propia ley.

Algunos chicos
se ocultan tras ella
jugando a las escondidas.

Entre los durmientes brotan yuyos
que cubren las vías
casi por completo.

jueves, 25 de enero de 2007

PUNTO BMP Nº3

Inéditos I

Jorge Alberto Chiesa nació en 1969, en La plata. Es abogado. Actualmente vive en Mar del Plata. Los siguientes poemas son una selección de una serie inédita.

*
Mi padre y yo
comemos en silencio:
cubiertos de acero
en movimiento
sobre el pescado.

La carne ligera
como el vuelo de una mosca
apenas se oye
en la boca.

Claro que
un oído atento
si hablara
podría ilustrar
lo que es ser
masticado.

Pensar en la lengua
y utilizarla
como un órgano mudo.

Pensar en mi padre
y comer en silencio
lo que pescamos.

*

El pez por la boca muere.
Eso
en lugar de decir:
Jodéte por tragarte el anzuelo:
ahora hay que meterte los dedos
y arrancarte la lengua.

*
Después de haber dado
unos coletazos en la tierra
y tal vez
escupido las agallas
lo deja secar al sol.
Una vez que se ha endurecido
lo moja
para devolverle el brillo
dentro la bolsa.


*
No me importa que no te guste
comer lo que pescás.
No te pregunto
qué sentís mientras comés.
Te pregunto qué pasa antes
cuando pescás
pero después.
Después de quitar el anzuelo
y escuchar el ruido que separa
el cuerpo
de la cabeza.


*
Si querés evitar
el olor del pescado
tenés que tragártelo.

Inéditos II

Augusto Rodríguez nació en 1979, en Guayaquil, Ecuador. Ha publicado los poemarios Ausencia (Santiago de Chile, 1999), Mientras ella mata mosquitos (Quito, 2004), y La bestia que me habita (Cuenca, 2005).


LORENA BOBBIT O MADE IN ECUADOR

Lorena se despierta con sueño en la noche
se voltea y ve que su marido no está
y dice: otra vez, se fue este maldito.
A los días aparece su marido gringo,
con uniforme militar. Él se ríe
y se cree el dueño del mundo. Y dice:
Yo soy América, yo soy la libertad, tu única salida
de escape ante ese país llamado Ecuador
que seguramente queda en África.
Pero ella como siempre no dice nada
(su silencio le devora las vísceras por dentro).
Lorena se despierta con sueño en la noche
se voltea y ve que su marido se ha ido
pero ahora sí sabe donde está y con quien la engaña.
Esta vez aparece en sus recuerdos
su marido gringo con uniforme militar. Riéndose
y creyéndose el dueño del mundo. Diciendo yo soy
América, yo soy la libertad, tu única salida de escape
ante ese país llamado Ecuador
que de seguro queda en África.
En la noche siguiente, Lorena se despierta sin sueño
y ve a su marido dormir, seguramente soñando
con su amante, la coca-cola y La Estatua de la Libertad.
Lorena saca su cuchillo carnicero made in Ecuador
y de un solo tajo: le corta su estatua de la libertad
y la lanza tan lejos que de seguro llegaría a Irak.
Al gringo lo internaron de emergencia en el hospital
a ella las feministas le prendieron velas en todo el mundo.
Ahora, Lorena duerme en paz y en sus sueños
a veces aparece su marido, el nuevo actor de películas pornos,
diciendo: ya no soy América, ya no soy la libertad,
pues ya no me queda ni una maldita estatua.

PUNTO BMP Nº2

I. Publicados:

Selección de poemas de Fabián Iriarte. Fabián Iriarte nació Laprdia (Buenos Aires) en 1963. Reside actualmente en Mar del Plata. Ha publicado Oscura transparencia (1990), Lyrica Apocrypha (1992), La rosa genital y otros poemas (1993), Guaridas de huir el mundo (2000), La intemperie sin fin (2001) y con sutiles artimañas (2005).

ex-lover (su rara furia). (De Guaridas de huir el mundo.)

estoy seguro de que hacía tiempo
tenía ganas de escribir un poema

que empezara
“mi amor es una silla”

(amor puede ser una silla
mas puede ser rosa también)

sólo para dejar en claro
de una vez por todas el asunto.

no me daré tan pronto por vencido. (De La intemperie sin fin.)

te llevaré a la fuerza hasta la rosa
del jardín más lejano del mundo
voy a hacerte beber toda la lluvia

alguien tiene que hacerlo / alguien
tiene que obligarte / quiero ser
como la dama otoño de man ray

alabar con mis labios / el centro
roto de tu cuerpo / y chupar toda
la miel de tu colmena herida / te
voy a pinchar con la espina del deseo

vacuna de lujuria contra el tiempo
que pasa sin preguntar / qué pasa

debate sobre el género epistolar. (De con sutiles artimañas.)

marco aurelio, circa 139 annus domini: “querido fronto: si un poco de
sueño te vuelve / si una noche de invierno / si después / de tantas
noches en vigilia de las que has estado quejándote, te ruego, te ruego”

pronta respuesta de fronto: "¿que te escriba? / adiós”
enunciador elíptico y retórica de la amorosa pregunta / no se hace esperar:
“que me escribas / desde allí / desde tu soledad / hacia mi
tristeza / aliento de mi vida / ¿debería acaso arder?”

a lo que el objeto referente replica: “¿de amor? ¿por ti?” / observar
pronombres enclíticos y deícticos de difícil ubicación por su significación
ocasional.

II. Poesía anónima

Poesía árabe popular. Anónimo, El jardín de las caricias, Leviatán, Buenos Aires, 2001.

Los senos, los ojos y la cabellera

Más blancos, más lleno de tesoros que las tiendas de un emir, tus senos, bien amada, son la tienda de mi amor.
Cuando a mediodía oculto mi cara en tu cabellera y busco tus ojos, ellos son las dos estrellas que iluminan mi noche perfumada.
Si un día supiera que otro ha dormido en tu cabellera y que tus ojos han iluminado la cara de ese maldito, no tomaría mi puñal, ni compraría veneno, pero silbaría a mis lebreles.
Luego cazaría una gacela, que adornaría con tus collares, y despeñaría en un abismo…

La batalla

Habíamos agotado las palabras de amor.
Callamos entonces, y al igual que el silencio que se establece entre dos ejércitos que han de librar batalla, hubo un silencio profundo entre nosotros.
Y libré la batalla de amor. El ruido de los sables estaba en nuestros besos. Los suspiros de los heridos en nuestros estertores. Las algarabías de los carros de guerra estaban en las arterias…
Y te conservé, contra mí, como un estandarte destrozado.

PUNTO BMP Nº1

I. Inéditos:

“Sopa de caracol” (selección) por Jonathan Soulé. Jonathan Soulé nació en 1991, en Santa Clara. Tiene 15 años. “Sopa de caracol” es su primera serie de poemas.

I.
Vivo con un caracol,
desayuno con un caracol,
como con un caracol,
meriendo con un caracol,
duermo con un caracol,
me baño con un caracol,
sueño con un caracol,
hago gimnasia con un caracol
(siempre gana en carreras mi caracol).
Mi caracol babea más que yo.

II.
Mi caracol no tiene pulgas.
Mi caracol no tiene cuernos.
A mi caracol no lo convocó Pekerman.
A los hijos de mi caracol no los inscribieron en la escuela.
En fin, mi caracol es un pobre ciudadano sin caparazón.

III.
Equipo de pesca:
anzuelo, plomada,
carnada, tanza nitanil,
trapo de olor,
caña, arena,
azul de mar,
salitre, espuma,
corvinas rubias y negras,
ballenas y nahuelitos.
Entre todas estas cosas
no está mi caracol.

II. Publicados

Andrés Gallina, Adela (selección), Mar del Plata, dársena3, 2004. (Colección El pez de Plata).
Andrés Gallina nació en Miramar, en 1983. Publicó Adela (dársena3, 2004) y participó en la Antología breve de poetas breves (Estanislao Balder, 2005).

*
Adela: una vieja en un geriátrico.

*
Cronus, Alplax,
Sinemet, Stelapar:
todo lo que hace falta.

*
Adela se siente reina del geriátrico:
la bañan.

*
Un paño verde,
las cartas sobre la mesa,
la casita robada y la vida
son la misma cosa.

*
Arrodillada.
Cita de memoria:
“Brillo y belleza
natural
para sus muebles”.

Rechaza el polvo.

*
Adela todavía cree que le queda un hueso.
Algún señor –de su mismo geriátrico–
la pretende.
Adela se arregla el pelo.

*
No pasa nada,
ni siquiera es domingo.
Los ojos se inflaman todos
CONTRA LA PARED.

Adela infractora:
un femenino cometió un ilícito,
ante el arribo del personal policial
se da a la fuga por la parte trasera
de la finca.

Adela fuma y piensa renovar
el pasaporte.

*
Una mano que es de alguien
le acaricia el pelo.
Todo duerme.

*
Pensar que gateando
alguien alguna vez
se perdió en su pollera.

*
En el agua las piernas bailan,
son toda el agua que entra
hasta en los ojos
por todas partes.
Adela aguanta la respiración.

*
Sufre de insomnio.

*
Ni asilo ni geriátrico:
Residencia.